Desamor- de ese amor

18 de agosto de 2007

Marcaban las 3 menos 2 de la mañana, después de un día de sorpresas, sin tristezas, el insomnio ya olvidado me había vuelto a invadir muy adentro, quizá por miedo, tal vez por nerviosismo, probablemente por amor.

Quise verme en el reflejo de aquella habitación que ahora también era mía, vislumbre una calle vacía y el silencio tornaba mi mente, vislumbre una calle vacía, llena de recuerdos, lujurias, mentiras y vidas, mientras se alejaba una luz, se acercaba el sonido, ¿el sonido de qué?, ya no lo sabía, ya no lo sentía.

"Gotas de sangre corren por mi ... mente, llora mi corazón, no de desolación, pero si de desamor"

Una venda de engaños y heridas, me quitaba con cada caricia, en mi cuerpo, en mi mente, en mi ser, la simpleza se tornaba tan complicada con cada abrazo que me hacía suya.

"Deja el reflejo de ese amor, Desamor"

Me recostaba con sus brazos lentamente como una niña inocente, tomaba mis muñecas, que desde la infancia comencé a apreciar, porque en ellas podía colocar la atadura del tiempo o las heridas de un amor, con fuerza las apretaba por un segundo fugaz, en ese instante las miradas se cruzaban y la fuerza transformabase en un caricia que comenzaba con el dedo indice por la palma, hasta que de pronto se enlazaban nuestras almas.

Protegiame él con su cuerpo sobre el mio, cuando a punto estaba de marcharse, le bese en el cuello y abrace, solo con la izquierda desnuda de locura, pues él todavía penetraba mis sueños, besaba mis deseos y sujetaba mis dedos, ya sin muñecas ni tiempo, borrando las marcas de las cadenas, de ese amor.

"Corre sangre por mi vientre"

Cae rendido sobre mi, un sonido que aturde y la fuerza que sostenía mis manos desaparece.

"Te amo"

Ni siquiera la mirada de Romeo logro percibir, quedo fija a la mirada de él y le beso antes de sentir la sangre que comienza a manchar la habitación, quedan fijas nuestras miradas, sin fuerza, sin vida, sin secretos, sin nada que ocultar y no sé lo que pasa, dejo de sentir dolor, Romeo se desvanece en la puerta, trato de llegar a él, pero no lo logro.

Quise verme en el reflejo de aquella habitación y solo dos cuerpo yacían enamorados, entregados, amados por el desamor de ese amor.

"Ven hagamos el amor, solo son las 3 de la mañana"